Desde tiempos inmemoriales, Blackfire ocupa el cargo de Padre de los dragones. Para los dragones es un cargo vital
y honorífico; no significa que sea el padre biológico de todos los dragones que habitan en Ghregis, ni mucho menos.
Después de ver cómo los humanos se extendían por Ghregis como la raza dominante y provocar siglos y siglos de
persecuciones indiscriminadas hacia ellos: ya fuera por miedo, ya fuera por incomprensión o por cualquier otra
clase de motivación, los dragones decidieron alejarse de un mundo cada vez más pequeño y optaron por retirarse a
zonas poco habitadas, como las Tierras Baldías o las cumbres de cadenas montañosas, como los Montes Perdidos o las
montañas de Kedder.
Blackfire, como la mayoría de dragones de su tiempo, no odia a los humanos. Entiende su naturaleza y necesidad de expandirse
por Ghregis. Lo que no puede entender de ninguna manera es que tenga que ser necesario el exterminio de toda una raza, únicamente
para saciar su necesidad de espacio vital.
Blackfire fue amigo de los magos que fundaron la Cúpula Blanca; la máxima institución de la magia en Ghregis. Sin embargo dicha
amistad se fue debilitando a medida que los siglos transcurrieron y el número de dragones descendió a la par.
Actualmente Blackfire vive en su retiro; casi como Barath puede hacerlo en el suyo pero por unos motivos totalmente distintos.
Su misión como Padre de los dragones en preservar la existencia de su estirpe por encima de cualquier cosa o de cualquier amenaza,
y no dudará en hacer lo que crea conveniente para preservarla.
-Apariciones: Lejos queda el amanecer
-Color de ojos: Rojo
-Color de escamas: Azul
-Envergadura: Alrededor de los 42 metros
-Edad: Se cree que ronda los 800 años
-Raza: Dragón
-Sexo: Macho
-Complexión: Musculosa
-Cargo: Padre de todos los dragones
-Rasgo identificativo: Escamas azules
Gran sabiduría
Instinto de conservación de su raza
-Nación de origen: El mundo perteneció a los dragones.
No tienen nación. Ignoran las fronteras.
Etiquetas: Blackflame, El Profeta de Torak, Dragones, Lejos queda el amanecer
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