La raza de los áligors ya exitían en los Reinos de la Luz antes incluso que los enanos o los elfos. De aspecto parecido a las águilas comunes pero de un tamaño más que considerable, y ligeramente más pequeños que los dragones, sus cuerpos no estan revestidos por ningún tipo de protección natural excepto por sus brillantes plumas negras, pardas y plateadas que lucían con orgullo. Tal plumaje era lo suficientemente resistente como para soportar el calor abrasador de las llamas de los dragones durante un corto período de tiempo.
Al contrario que los dragones, tan majestuosas aves no lanzan fuego por sus curvados picos ni disponen tampoco de ningún otro tipo de artificio, ya que son seres pacíficos que únicamente matan para subsistir, y el único modo que utilizaban para defenderse y de vez en cuando atacar a sus adversarios es la increíble velocidad que alcanzan en el aire; casi dos veces más veloces que las descomunales creaciones draconianas del Oscuro, haciéndoles parecer saetas lanzadas por arcos élficos cuando cruzan los cielos a velocidades inconcebibles. También son capaces de planear con distinguida elegancia, meciéndose tranquilamente con las plácidas corrientes de aire de las alturas como cualquier otra ave rapaz. El único modo propiamente dicho para enfrentarse a cualquier poderoso enemigo son sus garras: Las pequeñas y tradicionales águilas que habitan en los Reinos de la Luz y en otras dimensiones del Multiverso disponen de dos afilados juegos de garras que utilizan para cazar y alimentarse. Sus primos gigantes, en cambio, disponen de cuatro juegos: dos en sus patas traseras que utilizan para andar, aterrizar y emprender el vuelo, y dos más en sus pechos; debajo mismo del nacimiento de sus hermosas y poderosas alas, que utilizan cuando se sienten amenazados para desgarrar el cuerpo de sus presas; talmente de afilados y mortales cuchillos se trataran, abalanzándose sobre ellas con las zarpas por delante.
Tan inteligentes aves de majestuoso porte y descomunal tamaño han procurado siempre mantenerse alejadas de toda criatura humanoide y apenas tuvieron tratos con tales razas durante milenios. Por ello los llegaron a considerar mitológicas cuando los rumores de su existencia se propagaron por el mundo, recibiendo con el paso del tiempo el nombre de áligors.
Por obra y gracia de un cruel destino; o tal vez por un sendero de luz y esperanza, el camino de Saldora se cruzó con tan hermosos seres alados, y fue ya en plena Guerra de la Luz cuando dejaron atrás sus vidas de exilio y ayudaron a los reinos libres en su cruzada contra la horda de Malador y su ejército.
Al verse el mundo libre de su influjo, prometieron volver a prestar su ayuda en el momento en que el mal regresara. Cuando Saldora se reencarnara de nuevo y precisara su ayuda del mismo modo que antaño, allí estarían, dispuestos para el combate.
-Apariciones: La forja del destino
Forjado en lágrimas
Forjado en sangre
-Color de ojos: oscuros
-Color de plumaje: Negro, pardo
y plateado
-Envergadura: Unos veinte metros
-Raza: áligors
-Nación: Derak-Thor (Reinos de la Luz)
Etiquetas: La forja del destino, Forjado en sangre
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